Conté hace unas entradas, no sé en cuál, pues no llevo cuenta de nada, que hay en nuestra vida " sucesos mínimos".
Los sucesos mínimos son como las truchas que saltan donde les da la gana y que el furtivo encuentra debajo de una piedra y , si hay suerte - suerte para ellas- escapan vivas y ágiles y felices.
No hay nada más alegre y gimnástico que un animal joven sacando fuerzas de flaqueza para escapar a la muerte.
Los sucesos mínimos son como las truchas que saltan donde les da la gana y que el furtivo encuentra debajo de una piedra y , si hay suerte - suerte para ellas- escapan vivas y ágiles y felices.
No hay nada más alegre y gimnástico que un animal joven sacando fuerzas de flaqueza para escapar a la muerte.
En este tiempo de jubilación, mientras ando por bosques y rutas hacia ninguna parte, tengo muchos recuerdos atropellándoseme por la cabeza muchos acaeceres y anécdotas, unos graciosos y deleitosos, otros amargos, tristes, inciviles. Incluso sucios y disparatados.
Son " historias mínimas".
Como la que contaba don Kiko un mediodía al llegar a casa, en Zaragoza, de atender un confesionario en la iglesia de santa Cruz, donde era rector.
Estaba en el confesionario. Solo. Rezando el breviario.Una señora mayor entró.
- ¡AVE MARÍA PURÍSIMA!
- Señora, por favor, no hace falta que grite , le oigo...
- ¿PADRE?....¡AVE MARÍA PURÍSIMA!!!
- No grite, por favor, le escucho....
- ¿ PADREEEE?...
- Sí, le oigo... no grite, por favor...
El que conozca la iglesia de la Santa Cruz sabe que es pequeña,y puede imaginar que los gritos de la buena mujer se oían en todo el templo, y más allá, en el museo de Goya, que está al lado.
- SÍ, DÍGAME, SEÑORA , DE QUÉ SE ACUSA - gritó don Kiko desesperado.
- ¡¡¡PADREEEE, QUE CUANDO ESTOY EN MISA ME TIRO PEDOS!!!
La anécdota la contaba divertido.
Después le he dado vueltas a esta singular historia. Es conocido que la pregunta sobre cuántas divisiones tiene el Papa la hizo Stalin. Y que esa mujer y sus pedos pertenecen a ese ejército que forma la iglesia. Y no lo escribo en coña.
Y curas como don Kiko, que tienen que bendecir pecados y confesiones muchas veces sin chicha, intranscendentes y ñoñas.
Yo me entiendo.
Como la que contaba don Kiko un mediodía al llegar a casa, en Zaragoza, de atender un confesionario en la iglesia de santa Cruz, donde era rector.
Estaba en el confesionario. Solo. Rezando el breviario.Una señora mayor entró.
- ¡AVE MARÍA PURÍSIMA!
- Señora, por favor, no hace falta que grite , le oigo...
- ¿PADRE?....¡AVE MARÍA PURÍSIMA!!!
- No grite, por favor, le escucho....
- ¿ PADREEEE?...
- Sí, le oigo... no grite, por favor...
El que conozca la iglesia de la Santa Cruz sabe que es pequeña,y puede imaginar que los gritos de la buena mujer se oían en todo el templo, y más allá, en el museo de Goya, que está al lado.
- SÍ, DÍGAME, SEÑORA , DE QUÉ SE ACUSA - gritó don Kiko desesperado.
- ¡¡¡PADREEEE, QUE CUANDO ESTOY EN MISA ME TIRO PEDOS!!!
La anécdota la contaba divertido.
Después le he dado vueltas a esta singular historia. Es conocido que la pregunta sobre cuántas divisiones tiene el Papa la hizo Stalin. Y que esa mujer y sus pedos pertenecen a ese ejército que forma la iglesia. Y no lo escribo en coña.
Y curas como don Kiko, que tienen que bendecir pecados y confesiones muchas veces sin chicha, intranscendentes y ñoñas.
Yo me entiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.