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domingo, 26 de abril de 2020

EL SUSODICHO DIOS.

Estaba sentado en una terraza en un bar cerca del balneario de Cuntis.

Fueron a sentarse a mi lado tres paisanos, ya mayores, en animada tertulia. Eran de Pucela , gente guasona y socarrona, que se recreaban en la anećdota con un barroquismo admirable.

Contaron de un secretario de ayuntamiento ya jubilado que al parecer tenía fama de redicho, cursi y repipi.

“ El tío era un fórmula...ya sabéis, de esos que dicen cosas como otrosí, el infraescrito, in continenti, comme il faut, y esas gilipolleces”.

El “fórmulas” tuvo un grave problema en el pueblo por causa de una pedrisca y una granizada que destrozó las cosechas.

Se decidió pedir ayuda a la diputación, y a él le tocó redactar la carta.

Escuchar la anécdota era una gozada...” Y va el tío y se pone a escribir “ cuando los labradores de esta villa sonreían gozosos ante las perspectiva de una cosecha pródiga y abundante, Dios nuestro Señor permitió que la aciaga tarde del 21 de agosto descargase una tronada de granizo, tan terrible y maléfica, que en cuestión de minutos destrozó la cosechas y frutos del término, sumiendo a este humilde y laborioso vecindario en la más espantosa desolación...”

Nos tenía a todos escuchando, admirados por la verborrea de aquel hombre (supongo que la historia la habría contado miles de veces).

“Y va el tío- continuaba el narrador- pone punto y aparte y se casca la siguiente frase “ el susodicho Dios y la referida tormenta han creado una situación tan problemática que nos vemos precisados a recurrir a V.E”.

Y comentaba entre el alborozo del personal...”¡¡¡todavía se están descojonando del tío en la diputación. Y me han dicho que se guarda la carta y todo.”




domingo, 19 de abril de 2020

EL PÁRROCO.

La historia la oí contar hace años. Estaba en una terraza en el Parador de Monte Perdido. Entonces me estaba recuperando de una fisura anal que me desinflaba  todo yo, de tal manera, que resultaba imposible activar el piloto automático con garantías: me subsumía todo yo por las patas pabajo.

Así me a contaron, y así la cuento.

Un buen día, el párroco de un pueblo se encontró indispuesto. Padecía   unos fortísimos dolores abdominales. Se retorcía sobre sí mismo y aullaba de dolor. Dado el grave estado en el que se encontraba, le trasladaron al Hospital, donde fue intervenido con urgencia.

Mientras el cura se encontraba dormido por los efectos de la anestesia, en la habitación de al lado una joven madre soltera daba a luz un precioso retoño. Desgraciadamente, la joven madre murió y el equipo médico se planteo qué hacer con el niño. La madre era una indigente y nadie sabía qué familia podría hacerse cargo de la criatura.

Uno de los médicos, tras mucho cavilar, dijo:

- Mirad, pienso que lo mejor es colocárselo al cura y decirle que es suyo, al fin y al cabo, el hombre le dará una buena educación , el crío estará atendido y en buenas manos.

Dicho y hecho, al despertar el párroco se encontró con el bebé en su regazo. El cura, asustado, perplejo, y desconcertado, preguntó:

- ¿Pero esto qué es?'.

El médico se acercó y le dijo poniéndole la mano en el hombro:

- Mire, este es el origen de sus dolores de barriga....

- Pero, ¡si eso es imposible! dijo el cura.

El médico le respondió:

-¿Imposible?...No, hombre,no, con lo que han evolucionado los tiempos, ahora los hombres se pueden quedar embarazados.... Estamos en el siglo XXI

El cura se quedó pensativo decidiendo qué hacer con el niño. Y pensó:

" Bueno, cuando vuelva al pueblo, diré que es hijo de una hermana mía que ha fallecido y yo me haré cargo de educarlo...".

El párroco volvió así al pueblo y contó su historia. No sin algún recelo, los habitantes del pueblo se acostumbraron a ver a partir de aquel día al nuevo vecino que fue bautizado con el nombre de Juan.

Pasaron los años y el cura se hizo muy mayor.

Cuando Juan contaba 25 años, el cura enfermó y parecía que sus días llegaban a término y, en su lecho de muerte, dijo:

- ¡Que venga Juan! !Que venga Juan!'.

El joven corrió al lado del cura:

- ¿Que quiere tío?,

El cura, haciendo acopio de valor, cogió las manos de Juan, temblando, y le dijo:

- Mira Juanillo, tengo un gran secreto que contarte, y antes de morir debo decírtelo...'.

Juan interrumpió al párroco y le dijo:

- No te preocupes, tranquilo tío, no hace falta que me digas nada, desde hace años ya me he imaginado que en realidad es usted mi padre. Las cosas de la vida son así, y no le dé más importancia...

El párroco se queda un buen rato en silencio, mira a Juanito con ternura infinita y le contesta armándose de valor, y con gran quebrantamiento

-¡NO!,¡NO!,... YO SOY TU MADRE, HIJO MÍO, ...¡¡¡TU PADRE ES EL ARZOBISPO DE VALLADOLID!!!....,



domingo, 12 de abril de 2020

DOS VIUDAS.

Escuché la anécdota a dos viudas en el AVE Madrid - Barcelona , mientras en la cafetería leía leía el periódico  y  ellas trasegaban un cocktail conocido como "Orgasmo de bufalo".

Al parecer, tres tipos están trabajando en lo alto de un rascacielos. Uno de ellos siente una urgente necesidad de ir al baño. Vamos, que tiene un apretón, lo que en Zaragoza llaman una carrerilla en el vientre, un "¡hala ver, que voy voy!". Y decide bajar del andamio corriendo que se las pela.

Mientras está en el WC un fuerte viento hipohuracanado azota el edificio, y sus dos compañeros pierden el equilibrio, y caen al vacío estrellándose de punta cabeza con el solado y mueren.

Nuestro amigo está desconsolado. No deja de pensar en la suerte que ha tenido, y en la dramática situación que les ha tocado a sus colegas.¡ La vida es tremenda!

Por la noche acude con su esposa al Tanatorio e intenta consolar a las viudas de sus amigos con argumentos que balbucea entre sollozos.No encuentra las palabras...

Derrepenete, depronoto, irrumpen en la sala dos señores muy bien vestidos, muy serios y muy circunspectos. Se dirigen directamente a las viudas.

- Señoras...reciban nuestro más sentido pésame. Ya sabemos que nada puede suplir o llenar el vacío que la muerte de sus dos maridos significa para ustedes...somos de Seguros Ocaso. Su empresa tenía asegurados a sus trabajadores con nosotros. Tomen, se trata de un cheque que les corresponde a cada una por un valor de 1.500.000 euros. Reciban nuestras condolencias, y buenas noches.

Contaban divertidas las viudas desconsoladas, como la esposa de nuestro amigo escucha y mira anonadada y alucinada la escena...y se dirige a su marido, le pega una sonora y contundente colleja en la cocorota y le dice

- ¡Míralo! ( ¡toing!- colleja)...¡¡¡Y  EL SEÑORITO CAGANDO!!! (¡toing! - colleja de nuevo)




domingo, 5 de abril de 2020

MOSÉN DALLÓ MES BÓ

En Cataluña a los sacerdotes se les llama Mosén; o sea, que no se dice Don Juan, o Padre Juan, o Father Juan, o Labé Juan: se dice Mosén Juan. Y si es molt important, o molt horinable, se le denomina Doctor. Cuando es así, que se le llama Doctor, se usa el apellido, nunca el nombre. Por ejemplo, Doctor Dallómesbó. Lo de Doctor es de nivel. Marca estilo. Pisas moqueta.

En un centro vivía uno de esos doctores. Mayor de edad, hombre de alta cuna y sordo. Muy sordo. Habitualmente llevaba un sonotone que le pitaba en los momentos más inoportunos: en medio de una meditación, dando la Comunión, en la Bendición con el Santísimo, o en lo más apasionante de una película de miedo. “¡¡¡ Píííííí!!!”, sonaba, y el hombre, nada, ni se enteraba, y el que estaba a su lado –había auténticas peleas para no estar a su vera– debía de darle un golpecito y señalarse la oreja como diciendo “EL MARTILLO, QUE LE CANTA EL MARTILLO”.

Un día estábamos viendo “La Jungla de cristal II”. En una de las escenas Bruce Willis, el poli protagonista del flim, se gira y le dice a uno que le pide acompañarle “ ¡vete a tomal pol culo!”. Nos reímos todos. El doctor, a mi izquierda, oyó las risas, pero no la frase que tanta gracia había hecho y girándose me pregunta.

- ¿ Qué ha dicho el poli?

Le contestó mientras sigo pendiente de la pantalla.

- Vete a tomal pol culo.

Y el buen hombre, de rancio abolengo, doctor, mayor de la opus, viendo atacada su dignidad, se levanta, la calvorota toda roja, se me planta delante y me grita.

- ¡Un poco de respeto, ¿eh?, un poco de respeto!. A ver si uno no va a poder preguntar. ¡Pues bonita caridad que vivimos!.

Y se larga dando un portazo.

Todos se me quedaron mirando y juzgándome culpable.. Salgo rápido a por él.

- Oiga, que lo de vete a tomal pol culo lo ha dicho el de la peli, que por eso nos ha hecho gracia, que es lo que usted preguntaba. Que yo a usted no le mando a tomal pol culo.

Pero ya era tarde para arreglar nada. Otro portazo, el de su habitación, fue la contestación a mis explicaciones.

Una tarde de excursión llamamos al centro porque no íbamos a poder llegar a cenar. Se puso el Doctor al teléfono.

- Oiga, que estamos en Pons y no vamos a poder…

- No, aquí no hay ningún Mosén Pons –contesta todo solícito, confundiendo “estamos en Pons” con “está Mosén Pons”.

- Que no…¡¡¡QUE ESTAMOS EN PONS Y QUE NO…

- ¡¡¡Que le digo que aquí no hay ningún Mosén Ponssss!!!

- ¡¡¡JODEEEEEERRRR; QUE YA SABEMOS QUE NO HAY NINGÚN MOSÉN PONS, COOOOOÑOOO, QUE ESTAMOS EN PONS Y QUE NO VAMOS A…

Y colgó el doctor .

El que hacía cabeza en la excursión me dice “déjame a mí”. Vuelve a llamar.

- ¿Doctor ?.-pregunta con voz de Ángelus de la Cope

- ¿Sííííí?.

- Mire, que estamos en Pons y…

- ¡¡¡QUE LE DIGO QUE AQUÍ NO HAY NINGÚN MOSÉN POOOOOONNNNSSSSS!!!, ¡¡¡QUE NO VIVE AQUÍ NADIE QUE SE LLAME POOOOOOOONNNNSSSSS!!!.

Y vuelve a colgar. Lo dejamos por inútil.


LA SEGURIDAD NO EXISTE

La seguridad no existe. Ni está en la vida, ni en la Naturaleza, ni es experimentada por nadie. Esa lección la hemos aprendido, ¡ y d...