Estuve con Juan Pablo II cerca de diez ocasiones. En bastantes de ellas muy cerca.
La primera vez fue en la sala Nervi. Recién nombrado papa. No tenía experiencia como sumo pontífice ( él, no yo) así que pasó por el pasillo central del Aula saludando a un@s y a otr@s. Al llegar donde yo estaba, me llamó la atención que tenía las manos llenas de arañazos.
La gente, ellas y ellos, intentaban retener a Juan Pablo cuando se alejaba y , normal, con las manos le agarraban las suyas al grito " ¡¡¡ por favoooorrrr, santro pradreeeeeee...quédese"! Todo el mundo, al sentir tan cerca al vicario de Cristo quiere decirle algo, pedir , rezar....clavándole las uñas inadvertidamente.
La verdad es que la peña en esas circunstancias está, así, a calzón quitao lo escribo, como una puta cabra.
Presencié a una chica que se le cayó el rosario de las manos al pasar el papa. Se agachó, lo bendijo, y se lo devolvió. En ese mismo instante , todo la fila que iba a continuar el santo padre tiró decenas de rosarios al suelo buscando que lo recogiese y bendijese.
Como una puta cabra.
He presenciado cosas increíbles.
Cuando el papa se da la vuelta y no ve lo que sucede delante, los guardaespaldas se emplean como gorilas con la histeria que quiere retenerle. Allí da lo mismo que seas monja, cura o monaguillo. Te meten unos guantazos que ves a Napoleón en minifalda.
Una vez vi a un chófer de autobús que , el tío, chutao de experiencia mística, se pone de rodillas delante del papa con ojos de pastorcito de Fátima, y le cuenta que la Virgen le hizo un milagro. Se durmió conduciendo mientras rezaba el rosario...¡¡¡y anduvo el autobús solo durante varios kilómetros!!!. El santo padre le observaba asombrado, los monseñores alucinados, los guardaespaldas acojonados, la guardia suiza, amarilla,a juego con el uniforme.
Se incorpora nuestro chófer, que se llamaba "Paco El Gordo ", y hace ademán de acercarse al papa. Y uno de los guardaespaldas, que sospechaba que aquel tío que había conducido dormido un buen porrón de kilómetros no andaba muy bien de la azotea, le mete una patada giratoria en los testículos que tardó en volver a conducir un buen tiempecito.
Cuento esto porque entiendo muy bien que el papa Francisco se enmoñara con la señora qe le quiso retener. Y aún me parece poco lo que le hizo el Vicario de Cristo. Para darse la vuelta y hacerle a la señora la Preston Llave. Y patearla.
Y una excomuniôn late sententiae in corporeal in sepulcro
Y una excomuniôn late sententiae in corporeal in sepulcro
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