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sábado, 25 de julio de 2020

UNA BUENA HISTORIA.

Hay sectores que , si están atentos, tienen la suerte de ver paisajes internos maravillosos.

Uno es la enfermería. Os contaré una historia de una enfermera que se llama Carmen, amiga de Manuela.

Hace muchos años, trabajaba en el Clínico de Valladolid, allí conoció una niña, Henar, que sufría una rara enfermedad muy grave. Al parecer, su única posibilidad de recuperación era una transfusión de sangre de su hermano de ocho años, que había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.

El médico y sus padres le explicaron la situación al niño y le preguntaron si estaría dispuesto a donar sangre a su hermana. El chaval dudó un momento antes de tomar la decisión, hizo una inspiración profunda , un resoplido fuerte , y responde: «Sí, lo haré si es para salvar a Henar».

Mientras se realizaba la transfusión, el niño permaneció en una cama junto a la de su hermana, sonriendo, como todos los presentes, al ver cómo el color volvía a las mejillas de Henar. Después, su rostro palideció y se esfumó su sonrisa. Levantó los ojos hacia el médico y le preguntó con voz temblorosa: «¿Empezaré a morirme ahora mismo?»...

En su inocencia de crío, había entendido mal al médico y pensaba que tenía que dar a su hermana toda su sangre, y después cascar morir.

Le he dado muchas vueltas a esa historia. 



domingo, 19 de julio de 2020

EL TESTÍCULO DEL JUICIO.

Sigamos con más historias mínimas. Sucesos pequeños que bien sirven para regfrescarnos en estos días de verano y calorina.

Algo así como echar al coleto un chorrete de agua fresca del botijo. Es algo curioso pero no importante que se recuerda sin ocupar demasiado sitio en la memoria. 

Ocurrió en Terraferma, un colegio de Lérida. Allí llegué después de doce años en Viaró.

Viaró es un colegio de una pijería sideral. Pero, en fin, de Viaró ya contaré otro día. Sólo quería constatar que Terraferma para mi fue una  experiencia de cinco años de mi vida donde me asilvestré, ¡ y de qué modo!

Allí impartí clase de literatura en octavo de EGB. Catorce añitos tenían las criaturas. No había día que no pergeñase alguna historia para descolocar a los chavales de la Franja. Fraga, el Segriá, la Litera...

Un día entré en clase cojeando. Visiblemente cojeando.

- ¿ Qué le pasa, don Suso?- preguntaron al verme.

- Nada...que me está saliendo el testículo del juicio- contesté sin darle mayor importancia al tema.

Risas y mofa. 

- A ver, ¡qué pasa?...¡ de verdad que no os entiendo!...¿me vais a decir ahora que no habéis oído hablar nunca del "testículo del juicio"?...¿ de verdad os hace gracia?...¡ parece mentira!...todo el día hablando de guarradas y ahora resulta que no sabéis nada del testículo del juicio...

Silencio.

- A ver, que levante la mano el que haya oído hablar de la muela del juicio...

Un bosque de manos.

- ¿Y de verdad vuestros padres nunca os han hablado cuando os explicaron de donde vienen los niños sobre el "testículo del juicio"...¡alucino!.

Perplejidad en la clase. 

- Supongo que sabréis que no a todos los hombres les sale la muela del juicio...

Asentimiento general en el aula.

- Y que a algunos les duele cuando sale...y a otros no...¿ pero no os habéis fijado que hay hombres que cojean en la edad mediana, hacia los cuarenta años...¡ es porque les está saliendo el  güevo del juicio!

Asentimiento general.

- ¿ Y de verdad que a nadie le han explicado sus padres lo del testículo del juicio ?...parece mentira, tan puestos en temas de sexo y no tenéis ni idea. Si fueseis tan valientes iríais a vuestro padre y le preguntaría " papá, ¿ por qué no me explicas lo del testículo del juicio?. ¡ Eso es ser hombre!...y no enteraros de una manera burda y sucia con los amigotes.

El silencio se podía cortar.

Por la tarde me llama un padre a mi casa.

- ¿ Señor Mendive?...llamo muerto de risa. Acabo de llegar a casa y mi hijo me estaba esperando para hablar conmigo?...

- Papá, cuéntame lo del huevo del juicio.

- ¿Có...mo?...¿lo qué?

- Lo del testículo del juicio, que nos ha dicho el señor Mendive que sale a algunos hombres....como la muela del juicio...que duele a algunos....y ...



   

jueves, 16 de julio de 2020

HISTORIA DE UN CIRUELO.

Ya dije que la vida de cada quién está hecha de " sucesos mínimos". 

Los sucesos mínimos son como las miguitas de pan que deja nuestra particular memoria de las cosas,  que las ha dejado aquí y allá, y que años más tarde las recogemos al reclamo de algo.

No hay nada más alegre que encontrarnos ese recuerdo y sus rostros.

En este tiempo de jubilación, mientras ando por bosques y rutas hacia ninguna parte, tengo muchos recuerdos , migas que encuentro, muchos acaeceres y anécdotas, unas graciosas y amenas , otras amargas, tristes, inciviles. Incluso sucias y disparatadas.


Son " historias mínimas".

Hoy recordé a Josep P. No daré nombres. Este chaval, entonces de quince años era muy guasón y bastante zumbado. Se le ocurrían cosas un poco...¿ cómo lo diría?...resumiendo, estaba como una cabra.

Tenía un agujero en el bolsillo del pantalón y no se le ocurre otra cosa que ponerse la minga, el varonil miembro erecto, saliendo por el agujero. 

Y aparece en clase con los dos brazos cargados de libros y le dice a un profesor muy piadoso, entregado a Dios en celibato apostólico , “oiga, Don Zutanín, ¿sería tan amable de sacarme el bolígrafo del bolsillo que yo no puedo?”. Lejos estaba aquel hombre, numerario generoso y apostólico, pensar con qué se iba a encontrar en aquel bolsillo.

Muy amablemente Don Zutanín introduce su mano en el bolsillo del urco y capta, alucinado que, o el boli es de Blandy Blú, o que lo que está tocando es un pepino. El ciruelo,vamos.

La clase, que estaba al tanto de la broma, se despiporra viendo la cara de perplejidad, asco, y estupor santo de nuestro hombre .  Aplauden, y hacen la ola…Y al jambo le mandaron de patitas a la calle por guarro.

Otro día, más.





sábado, 11 de julio de 2020

TÍA BUENAAAA, TÍA BUENAAAA

 Aquel hombre al leer la Biblia  le costaba mucho aceptar que el Espíritu Santo fuese su autor. Había pasajes que no. Uno de ellos eran esos que, al terminar una batalla el Pueblo Elegido, se lee que “omnes simul clamabant” (todos juntos cantaban),”y miles de tíos se marcaban todos a una unos salmos de la leche, más largos que un chorizo de Pamplona y con unos textos difíciles. ¿Cómo podían ponerse tanta gente de acuerdo y coincidir en el mismo texto de un modo espontáneo?” .

Un día me contó que “ Nuestro Señor, sabiendo de mi zozobra espiritual, vino en mi ayuda y me hizo ver que sí, que todo en la Biblia es palabra de Dios”.

Y es el caso que en Zaragoza, se rodó Salomón y la Reina de Saba , de Samuel Bronston, con Yul Bryner –el divino calvo-, y Gina Lollobrígida, conocida como “la Lollo”. Y nuestro hombre  estaba haciendo la mili allí. Mandaron a la tropa como extras de la película a rodar varias escenas al desierto de los Monegros. La peña emocionada –hay que ponerse en España años cincuenta– de poder ver a la Lollo en vivo. 

La Lollo entonces era un monumento de mujer, un símbolo, un ser de otro planeta, un referente, un canon de belleza que hasta los perros y los gatos se daban la vuelta para verla.…Y llegó la escena cumbre. Se trataba de representar el recibimiento de la Reina de Saba en las puertas de Jerusalem por Salomón y su ejercito. Colocaron a todos los soldados de reemplazo en dos filas, vestidos de judíos, lanza en ristre y cascos de época. Samuel Bronston dio las indicaciones para el rodaje con un megáfono.

- Señores, vamos a rodar la escena en que la Reina de Saba es recibida por Salomón en las puertas de Jerusalem. La Reina va a aparecer en un carro tirado por dos caballos por allí, entrará entre las dos filas que ustedes han formado, y ustedes deberán manifestar su alegría porque ella llega. Me da igual lo que digan porque no se va a grabar sonido, pero deben manifestar mucha alegría. Levanten las manos, griten alegres ,celebren y festejen el recibimiento.

Todos contentos, expectantes y nerviosos porque, por fin, iban a poder ver pasar a escasos metros de ellos a la auténtica Gina Lollobrígida. ELLA. Y eso se lo contarían a sus amigos, a sus hijos, a los hijos de sus hijos… ellos estuvieron allí.

Efectivamente, a lo lejos, ven venir un fastuoso carro tirado por dos corceles, negros como ala de cuervo, guiados por la mano de la Reina de Saba que asomaba de una magnífica túnica blanca, escote abierto por delante hasta la rodilla, frente altiva, mirada de leona: ¡¡¡LA LOLLO!!!.

“Y, de repente, sin ponernos de acuerdo, de un modo espontáneo, como los auténticos soldados de la Biblia, comenzamos todos a gritar “omnes simul clamabant”. ¡¡¡TÍA BUENAAAAA, TÍA BUENAAAAA, TÍA BUENAAAAAA”… Y vi que el señor me había hecho ver que la Biblia no miente”. Allí también todos “omnes simul clamabant”...clamaron el mismo texto.



sábado, 4 de julio de 2020

UN SUCESO MÍNIMO: ¡¡¡ PADRE, PADREEEE!!!

Conté hace unas entradas, no sé en cuál, pues no llevo cuenta de nada, que hay en nuestra vida " sucesos mínimos". 

Los sucesos mínimos son como las truchas que saltan donde les da la gana y que el furtivo encuentra debajo de una piedra y , si hay suerte - suerte para ellas- escapan vivas y ágiles y felices. 

No hay nada más alegre y gimnástico que un animal joven sacando fuerzas de flaqueza para escapar a la muerte.

En este tiempo de jubilación, mientras ando por bosques y rutas hacia ninguna parte, tengo muchos recuerdos atropellándoseme por la  cabeza muchos acaeceres y anécdotas, unos graciosos y deleitosos, otros amargos, tristes, inciviles. Incluso sucios y disparatados.

Son " historias mínimas".

Como la que contaba don Kiko un mediodía al llegar a casa, en Zaragoza,  de atender un confesionario en la iglesia de santa Cruz, donde era rector.

Estaba en el confesionario. Solo. Rezando el breviario.Una señora mayor entró.

-  ¡AVE MARÍA PURÍSIMA!

- Señora, por favor, no hace falta que grite , le oigo...

-  ¿PADRE?....¡AVE MARÍA PURÍSIMA!!!

- No grite, por favor, le escucho....

- ¿ PADREEEE?...

- Sí, le oigo... no grite, por favor...


El que conozca la iglesia de la Santa Cruz sabe que es pequeña,y puede imaginar que los gritos de la buena mujer se oían en todo el templo, y más allá, en el museo de Goya, que está al lado.

- SÍ, DÍGAME, SEÑORA , DE QUÉ SE ACUSA - gritó don Kiko desesperado.

-  ¡¡¡PADREEEE, QUE CUANDO ESTOY EN MISA ME TIRO PEDOS!!!

La anécdota la contaba divertido. 

Después le he dado vueltas a esta singular historia. Es conocido que la pregunta sobre cuántas divisiones tiene el Papa la hizo Stalin. Y que esa mujer y sus pedos pertenecen a ese ejército que forma la iglesia. Y no lo escribo en coña.

Y curas como don Kiko, que tienen que bendecir pecados y confesiones muchas veces sin chicha, intranscendentes y ñoñas.

Yo me entiendo.




LA SEGURIDAD NO EXISTE

La seguridad no existe. Ni está en la vida, ni en la Naturaleza, ni es experimentada por nadie. Esa lección la hemos aprendido, ¡ y d...